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Jueves 25 de Abril 2024

Así afectan dos vasos de alcohol a tu cerebro

 

Suele elevar los niveles de agresión en tu cerebro como respuesta a una provocación; se tiene estimado que el alcohol está involucrado en el 50 por ciento de todos los delitos violentos


Un estudio realizado por científicos australianos han identificado con gran exactitud el por qué y cómo es que las personas se tornan más agresivas luego de haber bebido alcohol, además de mostrar los cambios químicos que ocasiona en el cerebro.

El estudio ha confirmado que el alcohol causa la violencia.

Los expertos fueron coordinados por Thomas Denson, profesor de psicología de la Universidad de Australia, en donde llegaron a la conclusión de que las bebidas alcohólicas pueden promover un comportamiento agresivo porque impiden la acción de control de la corteza prefrontal, ya que es el área del cerebro diseñada para mitigar la agresividad.

En el estudio participaron 50 hombres jóvenes y sanos, mismos que fueron divididos en dos grupos. El primero ingirió dos vasos de vodka con 2.42 mililitros de bebida, destilada al 37. 5 por ciento por cada kilogramo de peso corporal, mientras que al segundo se le suministró un placebo.

Después todos los participantes fueron sometidos a una resonancia magnética y a realizar una serie de tareas competitivas con otras personas para evaluar los niveles de agresión en respuesta a una provocación.

Gracias al escaneo cerebral se pudo observar la activación de las diferentes áreas del cerebro, de esta manera los investigadores encontraron que las provocaciones no tuvieron ningún efecto sobre las respuestas neuronales de los participantes.

Sin embargo, respecto a las conductas agresivas solo aquellos que bebieron alcohol mostraron una clara disminución en la actividad de la corteza prefrontal media y dorsolateral, incluso con una dosis baja.

Los hallazgos arrojados por esta investigación respaldan la teoría que considera la difusión de la corteza prefrontal como un factor que cataliza la agresión en las personas con intoxicación etílica. Los detalles de la investigación se publicaron en la revista Cognitive, Affective, & Behavioral Neuroscience.

smg