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Jueves 28 de Marzo 2024

Una ‘chela’ es lo mejor para rehidratarse después del ejercicio

 

El 95% de una cerveza tradicional es agua, el 5% restante tiene nutrientes que complementan los beneficios de practicar un deporte


Entrenamiento constante, fortalecimiento de los músculos y las articulaciones, incremento de la resistencia física, depuración técnica, descansos oportunos y apropiados, son necesarios para que un buen deportista siempre esté al máximo de su capacidad, pero es mucho más importante permanecer hidratado.

A lo largo de los años, surgieron múltiples bebidas y productos que claman ser la mejor opción para la rehidratación: sueros, electrolitos, bebidas enriquecidas con minerales y agua simple.

Sin embargo, diversos estudios en España resaltan que la respuesta es una más deliciosa: cerveza.

Un estudio conjunto entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Granada concluyó que la ingesta de cerveza en cantidades moderadas permite restablecer las pérdidas hídricas del cuerpo tras una actividad física demandante. Además, es rica en fósforo, potasio, calcio, magnesio, antioxidante y vitamina B; sustancias que el cuerpo pierde al ejercitarse.

El 95% de una cerveza tradicional es agua, pero el 5% restante tiene nutrientes que complementan los beneficios de practicar un deporte.

Tenemos carreras que se extienden por varios kilómetros, y son muy demandantes físicamente en cuestión de consumo nutricional”, comenta Wilbert Moguel, director general de As Deporte.

La cerveza no sólo permite recuperar la hidratación perdida, sino que incluso aumenta la resistencia a la tensión física, reduce el estrés, y preserva la capacidad de visión.

Aparte de su uso en el deporte, la cerveza es recomendada por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria para una dieta saludable.

Además de sus beneficios para los deportistas, los componentes de la cerveza previenen las enfermedades cardiovasculares y reducen el riesgo de un ataque cardíaco.

Incluso tiene efectos diuréticos, aumenta la efectividad de la insulina, y hace más sencilla la digestión.

A pesar que sus detractores apuntan a su contenido alcohólico, la cerveza sin alcohol posee la gran mayoría de estos beneficios.

La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria ya acepta su uso como parte de una comida balanceada.