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Jueves 28 de Marzo 2024

Presidente de Brasil manda tropas contra manifestantes que piden su renuncia

 

Este miércoles, decenas de miles de personas marcharon hacia el Congreso para protestar contra las reformas económicas de Michel Temer


BRASILIA. El presidente de Brasil Michel Temer ordenó a las tropas federales restaurar el orden en la capital tras la evacuación de algunos ministros a causa de los enfrentamientos entre policías y manifestantes que piden la renuncia del mandatario.

Decenas de miles de manifestantes marcharon hacia el Congreso para protestar por las reformas económicas que Temer impulsa, además de exigir su renuncia debido a un escándalo de corrupción. Lo que comenzó como pequeños roces entre la Policía y los manifestantes que intentaban abrirse paso, se convirtió en un enfrentamiento a gran escala en el que los agentes lanzaron gases lacrimógenos y pimienta para contener a la multitud. En respuesta, los manifestantes generaron incendios y utilizaron sanitarios portátiles para crear barricadas.

Conforme los enfrentamientos crecían, algunas agencias gubernamentales tuvieron que ser evacuadas, informó la presidencia. El portal noticioso G1 reportó que los manifestantes causaron un incendio en el Ministerio de Agricultura.

En un breve mensaje a la nación durante los disturbios, el ministro de Defensa Raúl Jungmann dijo que se desplegaron tropas para proteger edificios federales, incluyendo el palacio presidencial.

El despliegue fue autorizado por un decreto presidencial que abre la posibilidad de que se utilice de manera más extensa a los soldados en la capital. El decreto indica que Jungmann decidirá el alcance.

“Este desastre, este caos es inaceptable”, dijo Jungmann. “El presidente Temer no lo permitirá”.

El ministro añadió que las tropas ya habían ingresado al Ministerio del Exterior. Imágenes de televisión mostraron soldados a las afueras del palacio presidencial.

Temer intenta mantenerse en el poder luego de que se reveló una grabación de audio en la que presumiblemente se le escucha dando su visto bueno a un soborno para un exlegislador encarcelado.

El Supremo Tribunal Federal de Brasil le investiga por obstrucción de la justicia y corrupción pasiva. El mandatario se ha resistido a los llamados para que presente su renuncia y dijo que disputará las acusaciones.

La decisión de utilizar al ejército para hacer frente a las protestas podría incrementar el descontento hacia el gobierno, y varios altos funcionarios ya se habían distanciado de esos actos.

Rodrigo Maia, presidente de la cámara baja del Congreso, dijo que le había pedido a Temer que en su lugar utilizara a la Fuerza Nacional, un grupo élite de la Policía. El juez Marco Aurelio Mello, del Supremo Tribunal Federal, dijo que “está un poco preocupado por el contexto” de la decisión de Temer.

Incluso antes de que se presentara el más reciente escándalo, la popularidad de Temer era baja, en parte debido a la oposición a las reformas económicas que su gobierno impulsa en el Congreso. Muchos de sus aliados y asistentes se han visto involucrados en una investigación de corrupción que ha enviado a la cárcel a líderes empresariales y altos políticos.

Desde que se dio a conocer el escándalo, la presión continúa acumulándose sobre Temer. La policía federal pidió el miércoles al mandatario que se presente a un interrogatorio, informó el equipo legal del presidente en un comunicado, pero sus abogados dijeron que la solicitud era inapropiada.

Temer perdió a otro allegado el miércoles con la renuncia de Sandro Mabel, quien publicó una carta en la que dice que necesita pasar más tiempo con su familia. Es el más reciente de una serie de asistentes y aliados que han renunciado o han sido despedidos en medio de acusaciones de corrupción.

Con el país en una profunda división y la crisis política en aumento, la sesión de la cámara baja en el Congreso se convirtió en un caos, después de que los políticos de oposición rodearon el escritorio del presidente de la cámara sosteniendo pancartas que decían que las labores del Congreso debían ser transparentes.

Varios legisladores han presentado solicitudes para la destitución de Temer a Maia, el presidente de la cámara baja, quien ha respondido que se tomará su tiempo para revisar las solicitudes.

“En este momento sólo hay una opción, y su excelencia no puede escapar de sus responsabilidades; lo primero que se debe hacer es formar de inmediato una comisión para destituir a Michel Temer”, dijo el legislador Glauber Braga.

Eventualmente Maia hizo un llamado para poner fin a la sesión.

Mientras el Congreso debatía, unas 35 mil personas marcharon hacia la cámara por una larga avenida delineada por varios edificios gubernamentales, incluyendo el Supremo Tribunal Federal, el palacio presidencial y los ministerios.

Los manifestantes gritaban “¡Fuera Temer!”, y llevaban carteles en los que exigían elecciones directas inmediatas.

Incluso si Temer renuncia, la Constitución dice que el Congreso tiene que elegir al próximo presidente, quien estaría en el poder hasta el 2018. Pero muchos brasileños, hastiados de la clase política, quieren elegirlo directamente.

La protesta fue pacífica inicialmente, pero los enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía comenzaron una vez que la marcha se acercó a la sede del Congreso. La Policía antimotines, algunos sosteniendo escudos y otros a caballo, se alinearon cerca de la cámara. Los roces comenzaron cuando los manifestantes intentaron abrirse paso, de acuerdo con el Departamento de Seguridad de la capital.

Posteriormente, los manifestantes comenzaron a dispersarse, pero continuaron los pequeños enfrentamientos con la Policía.

En Río de Janeiro, algunos manifestantes se reunieron frente a la asamblea estatal para protestar por las medidas de austeridad propuestas, un acto que posteriormente se convirtió en un breve caos.

“Actualmente el estado se encuentra en un mar de deudas a causa de la corrupción”, comentó Julio Cesar Azevedo, líder de un sindicato que representa a los guardias de prisión. “No está bien que los servidores públicos sigan pagando esta cuenta”.

El estado de Río se encuentra en graves problemas financieros y a muchos de los servidores públicos se les demora el pago de su salario, o no lo han recibido.

dgp