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Jueves 28 de Marzo 2024

Así era el majestuoso palacio legislativo de Porfirio Díaz… que se convirtió en el Monumento a la Revolución

 

El edificio tendría 112 metros de frente y una altura de 68 metros. Se deseaba superar en belleza y altura al Capitolio de Washington.


El Monumento a la Revolución es uno de los recintos históricos más importantes del país que aún conserva su estructura original y uno de los pocos monumentos del mundo que pueden ser explorados por completo: desde la cimentación hasta la linternilla (la parte más alta del edificio).

En 1897 el gobierno de Porfirio Díaz lanzó una convocatoria para el proyecto de un palacio legislativo de grandes dimensiones, que albergaría además de las cámaras de senadores y diputados, dependencias de gobierno y oficinas.

En 1906 se llevó a cabo el proyecto de la construcción del Palacio Legislativo Federal, el cual pretendía ser uno de los más imponentes del mundo con una estructura metálica de más de 14 mil m² y tecnología vanguardista en su cimentación; tuvo una excavación profunda así como un trabajo artesanal en los remaches de la estructura.

El sitio elegido para la edificación fueron unos terrenos pantanosos cerca de la colonia Tabacalera y del Paseo de la Reforma.​ La primera piedra del monumento fue puesta por Porfirio Díaz el 23 de septiembre de 1910 como parte de los festejos del Centenario de la Independencia de México.

El edificio tendría 112 metros de frente y una altura de 68 metros. Se deseaba superar en belleza y altura al Capitolio de Washington.

Debido a los movimientos revolucionarios de la época, la realización del edificio fue suspendida. En 1933 el arquitecto mexicano Carlos Obregón Santacillia rescató el proyecto luego de ser abandonado por casi 20 años y le dio un nuevo significado creando un concepto arquitectónico en el que combinó el Art Decó con elementos de grandes proporciones.

El escultor Oliverio Martínez también se unió a la realización de la obra y creó las cuatro columnas del monumento que representan la Independencia, la Ley Agraria, la Ley Obrera y la Ley de Reforma. Además, en estos pilares se encuentran los restos de Venustiano Carranza, Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles y Francisco Villa.

El águila que se ubicaba en la punta de la cúpula fue removida en 1940 y colocada en el recién inaugurado Monumento a la Raza. La cúpula fue revestida en cobre.

A partir de septiembre de 2015 se permitió el paso a los visitantes. Hoy es posible recorrerlo desde la cimentación, pasando por las columnas y el mirador hasta llegar a la parte más alta, la linternilla. En la planta baja se encuentra el Museo Nacional de la Revolución donde se muestra el desarrollo de este movimiento mexicano a través de más de 400 piezas como insignias, banderas, documentos y fotografías.

El elevador panorámico de cristal conduce al mirador intermedio donde se puede observar una vista 360° de la ciudad a 65.7 m de altura.

 

En dicho nivel se puede acceder al interior del monumento para transitar las cuatro columnas –de un pilar a otro– por medio de escaleras de acero y pisos de cristal. Dentro de los pilares se encuentran auditorios en los que se proyectan películas sobre la época revolucionaria; la zona de exposición alberga figuras de cera de Villa y Zapata traídas desde Londres, las cuales permiten a los visitantes recrear la famosa fotografía del 6 de diciembre de 1914.