Doce de las 50 ciudades más violentas del mundo están en México
Los Cabos es la ciudad más peligrosa del mundo; Caracas la segunda y Acapulco la tercera, según el ranking de las 50 ciudades más violentas del mundo
El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, en su informe “Ranking de las 50 ciudades más violentas del mundo”, la organización dio a conocer que Los Cabos, con una tasa de 111.33 homicidios por cada 100 mil habitantes, es la ciudad más violenta del planeta. Esta es la primera vez que la ciudad ubicada en Baja California Sur aparece en el ranking.
Los Cabos es incluso más violenta que la capital de Venezuela, ya que según el informe, Caracas ocupa el segundo lugar del listado con un promedio de 111.19 homicidios por cada 100 mil habitantes.
En tercer lugar se encuentra la ciudad de Acapulco, Guerrero, con una tasa de 106.36 homicidios por cada 100 mil habitantes.
De las 50 ciudades del ranking, 17 se ubican en Brasil, 12 en México, 5 en Venezuela, 4 en Estados Unidos, 3 en Colombia, 3 en Sudáfrica, y 2 en Honduras. Hay una ciudad de El Salvador, Guatemala, Puerto Rico y Jamaica. La abrumadora mayoría de las 50 ciudades más violentas del mundo se ubican en América Latina (42 urbes).
La tasa promedio fue de 59.17 (41,430 homicidios dolosos entre 70,016,008 habitantes). Pero sólo las primeras 16 ciudades superaron ese promedio.
Este año fueron incluidas 12 ciudades mexicanas dentro del listado de las 50 urbes más violentas del planeta, lo que coloca a México como el segundo país más peligroso de América Latina. En 2015 sólo eran cinco las ciudades mexicanas incluidas en el ranking.
Ciertamente en 2017 las ciudades mexicanas estuvieron muy lejos de la tasa de casi 300 homicidios por cada 100 mil habitantes que alcanzó Juárez en 2010, pero el incremento de la violencia es innegable.
Según el análisis del Consejo Ciudadano, en México no hay “una acción para la erradicación sistemática de las milicias privadas de los grupos criminales y se ha permitido que la impunidad llegue a los peores niveles jamás registrados”, derivado de la ausencia de una eficaz estrategia por parte del gobierno, encabezado por Enrique Peña Nieto, contra la violencia.
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