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Jueves 18 de Abril 2024

#OpiniónCapital Pues todo ya quedó: el PRI va a ganar la Presidencia en 2018

 

En este escenario, candidaturas definidas y tendencias en las encuestas señalan que el ganador de la Presidencia de la República, en efecto, será el PRI; sólo que falta por saber si es el PRI-PRI, el PRI-Morena, el PRI-PAN o el PRI-independientes.


El expresidente Felipe Calderón tiene razón. Los tres principales candidatos son priistas. Sólo que le faltó decir que Vicente Fox y él mismo fueron presidentes panistas que gobernaron como priistas y que los tres principales independientes también vienen del venero del PRI.

En este escenario, candidaturas definidas y tendencias en las encuestas señalan que el ganador de la Presidencia de la República, en efecto, será el PRI; sólo que falta por saber si es el PRI-PRI, el PRI-Morena, el PRI-PAN o el PRI-independientes.

A pesar de las propuestas pomposas, distópicas y hasta rayando en la locura, al final de cuentas el país va a vivir la victoria del modelo de nación del PRI en Morena o reproducirá con el PAN el modelo 2000 y 2006 de alternancia sin alternativa.

El modelo priista con/sin el PRI tendría tres puntos centrales:

1.- La política económica neoliberal.

Las reformas estructurales 1979-2018 han modificado la estructura económica nacional, pasando del Estado de bienestar con economía mixta fuerte a un Estado de mercado. Así como el modelo populista 1917-1982 creó su estructura de poder de masas, el neoliberalismo la desmanteló y creó su propio sistema de equilibrios sociales autoritarios.

José Antonio Meade fijó la continuidad del neoliberalismo en los Criterios Generales de Política Económica 2018, Anaya entregará la Secretaría de Hacienda y el modelo económico a la cofradía neoliberal Hacienda-Banco de México – como lo hicieron Fox y Calderón– y López Obrador ya aseguró a empresarios y organismos internacionales que seguirá con el mismo modelo estabilizador.

2.- La fragmentación política del sistema de partidos impedirá un grupo dominante. Así que el ganador tendrá que moverse en el centro del pragmatismo y construir una coalición dominante PRI-neoliberalismo.

Por eso las listas legislativas revelan ese modelo centro-derecha. Serán los mismos con los mismos. Lo está demostrando López Obrador con la entrega de candidaturas a delincuentes políticos y sociales del PRI y prometiendo luchar “rayando en la locura” contra la corrupción con legisladores que fueron echados del PRI por corruptos.

Las alianzas PAN-PRD, MorenaEncuentro Social y PRI-Verde han liquidado el valor de las ideologías o de las enseñanzas históricas para convertirse en una sumatoria de puntos porcentuales.

3.- La ambición de poder. El discurso político ha sido aplastado por la puya de botepronto. Se trata de alcanzar la sima, no la cima, sin importar con quién. Meade ofrece continuidad con estabilidad, López Obrador se ofrenda a sí mismo como santo milagroso, Anaya se siente Steve Jobs vendiendo computadoras en escenarios fabricados.

Ninguno de los candidatos ha hecho un diagnóstico de la crisis; sus propuestas de gobierno son ideales porque no entienden que las posibilidades de reformas dependen de las correlaciones de fuerzas sociales y políticas. La crisis real exhibe el fin histórico del sistema/régimen/Estado priista fundado por la Constitución de 1917, pero los candidatos por partido o independientes carecen de una propuesta alternativa al PRI.

Lo malo es que el modelo del PRI sólo sirve para perpetuar la crisis de desigualdad social y así será con cualquiera que gane las elecciones. Por eso es que Calderón –que en 2012 le regresó la presidencia al PRI como continuidad panista– tiene razón; ¡el PRI ha muerto…, viva el PRI-Morena, el PRI-PAN o el PRI-independientes!

Política para dummies: La política es el camino de ver la realidad con los ojos de la inteligencia, no del corazón.

Carlos Ramírez/@carlosramirezh

*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo

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