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Jueves 28 de Marzo 2024

Evalúan efectos de catástrofes nucleares

 

Alarma incidencia de cáncer y trastornos mentales


Las consecuencias para la salud de las catástrofes de Chernobyl y Fukushima son extensas.

Treinta años después de Chernobyl, la mortalidad es mayor, las tasas de natalidad son más bajas, el índice de cáncer y los trastornos de salud mental son elevados entre los supervivientes de la explosión, aseguraron Masako Sakata, especialista enradiación nuclear y biodiversidad, y Takafumi Tomita, de la ONG medioambiental “Ikimono Café”.

A propósito de la Conferencia de las Partes (COP13), que se realiza en Cancún, Quintana Roo, Masaki y Takafumi detallaron que a sólo cinco años de ocurrido Fukushima, resulta elevada la cantidad de trastornos de salud mental, como depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático en la población. También ha sido detectado un importante aumento del cáncer de tiroides.

Los expertos en radiación detallaron que el 9 de octubre de 2011 iniciaron una encuesta en la prefectura de Fukushima, consistente en exámenes ultrasónicos para las glándulas tiroides de los 360 mil niños entre 0 y 18 años de edad, que habitaban ahí.

En junio pasado la investigación en la prefectura de Fukushima arrojó que más de 25 personas en el área desarrollaron cáncer de tiroides.

“Nosotros, ciudadanos de Japón, experimentamos el grave y duradero daño a la biodiversidad y enviamos una alarma internacional”, sentenciaron los exponentes.

Respecto de los impactos en el ecosistema forestal por Fukushima, Masaki y Takafumi señalaron que el desastre nuclear de Fukushima Daiichi causó una amplia gama de contaminación debido a la difusión de materiales radiactivos, toda vez que las sustancias adheridas a los árboles después se fueron al suelo, y éste también quedó severamente contaminado.

En cuanto la agricultura, señalaron que la contaminación radiactiva ha amenazado el servicio ecosistémico, toda vez que una gran cantidad de material radiactivo ha caído en los campos, además, muchos de los agricultores japoneses tienen lugares llamados “Satoyama”, que riegan con agua contaminada.