Error, combatir primero drogas y luego armas, dice experto

El gran error del gobierno mexicano es que para terminar con el tráfico de armas primero se ataque el tráfico de drogas, lo que ha llevado a que el primer trimestre de este año sea el más violento desde 1997, con similitud a lo ocurrido en 2011, concluyó David Pérez, investigador del University College London.

“Es imposible pensar que México va a poder terminar el problema de drogas, es estúpido”, afirmó.

Durante la realización del foro “Las armas de fuego, el desafío para México y Estados Unidos”, la organización Desarma México indicó que en los primeros cuatro años del gobierno de Enrique Peña Nieto se adquirieron 176 mil 624 armas de fuego, mientras que la Secretaría de la Defensa Nacional aseguró 26 mil 200.

De enero a abril de este año se han registrado 5 mil homicidios con arma de fuego, reportados por las autoridades, que representan 58 por ciento del total de los homicidios dolosos en el país. De seguir con esta tendencia, a finales de año serían 15 mil homicidios, señaló Paulina Arriaga, de Desarma México.

En tanto que de 2001 a 2006 fueron 18 mil 810, 25 por ciento del total de homicidios dolosos; y de 2007 a 2011 fueron 54 mil 897, 52 por ciento del total de este delito.

“El tema de las armas legales es más complicado por el contexto de inseguridad, de poca credibilidad de las instituciones y de violación de derechos humanos (…) invito a que nos quitemos un poco esta idea de que el simple hecho de que sea legal o ilegal un arma determina la letalidad o legitimidad de su uso”, expuso.

John Lindsay, de American Friends Service Committe, destacó la cifra que ha difundido The Washington Post: “El valor de las armas y equipos militares vendidos a México fue de 3.5 mil millones de dólares desde la llegada a la presidencia de Enrique Peña Nieto en 2012 hasta mediados de 2015; la mayor parte es para helicópteros, vehículos blindados, que es lo más caro, pero también incluye armas de fuego”.

Añadió que “la venta legal de armas es parte de la política exterior del país exportador, no es solamente una transacción comercial en sí, también es parte de las políticas exteriores del país. El crecimiento de la venta legal de armas en los últimos 15 años con la Iniciativa Mérida, que ha sido el contexto, a veces el pretexto, para vender más armas”.

De cada 100 pesos que se gastan, 80 ó 90 por ciento se va a confiscar drogas, el otro 10 por ciento es administrativo; “realmente no estamos teniendo ningún esfuerzo en armas, por lo que no debería sorprender la cantidad de armas que hay en el país”, expuso Pérez Esparza.

Entre las recomendaciones de los expertos, que para saber su efectividad o el tiempo que tardará en verse un cambio primero se deben implementar, está “focalizarse con las principales amenazas que le afectan a México, no lo que le afecta al vecino, sobre todo si al vecino no le importa”, apuntó.

También llamó la atención de que de Estados Unidos hacia México “no tenemos frontera. Además de la corrupción, creo que no tenemos instituciones; yo me enfocaría a la frontera, que ha sido un tema ignorado, ninguneado, marginado, y no podemos detener la violencia vinculada a las armas si tenemos tráfico de armas”, señaló.

En cuanto al costo de reconstrucción del tejido social, a diferencia de lo invertido en el tema de armas, el especialista dijo que no se trata de cuánto se gasta, sino cómo se gasta. En México estamos llenos de procesos burocráticos de simulación, no nada más es qué se gasta, sino en qué gastamos y cómo sabemos que lo que gastamos funciona”, concluyó.

dgp