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Jueves 18 de Abril 2024

Death Stranding, los lazos que nos unen

 

La esperada obra de Kojima Productions fuera de la órbita de Konami es un juego singular, con el personal sello de su creador y un planteamiento diferente, con luces y sombras.


La verdad es que Death Stranding ha sido un misterio bien calculado desde sus orígenes. Cada tráiler ha seguido una dirección claramente marcada para levantar interés, dejando más preguntas que respuestas. Dependiendo del contexto hemos visto tráileres cortos, destinados a enfatizar la presencia de una cara conocida en el proyecto; tráileres cinemáticos que han dado énfasis a la críptica historia; o tráileres de gameplay que nos han mostrado fragmentos de acciones que podemos hacer en este mundo. A pesar de tener todo este material, es difícil tener una visión clara del tipo de juego al que nos enfrentamos sólo con los tráileres.

Las grandes superproducciones de la industria, se les presume que tienen detrás el presupuesto y el buen hacer para ofrecer una mínima resistencia y máximo disfrute a una amplia gama de jugadores. En otras producciones se nota que tienen recursos más limitados y sólo logran alcanzar las cotas más altas a pesar de esas limitaciones, siendo tan superlativos en algunos aspectos clave que consiguen hacer olvidar el resto de sus taras.

Puede parecer que los AAA lo tienen fácil, bendecidos con recursos fuera del alcance de la inmensa mayoría de estudios del mundo, pero no hay que olvidar que a mayor la apuesta, mayor es el riesgo, y eso obliga muchas veces a jugar sobre seguro, a crear algo demostradamente popular y a no salirse demasiado del camino para no espantar potenciales clientes.

Hay que reconocerle una cosa tanto a Hideo Kojima como a los que le rodean y han confiado en él: han sido valientes a la hora de plantear una superproducción que no se parece a ningún otro juego en esta categoría (para bien o para mal).

Crear una IP (como The Last of Us o Horizon: Zero Dawn) se considera arriesgado, pero suelen tener mecánicas y géneros reconocibles para compensar; transformar una IP conocida a otra cosa, como pasó con God of War, se considera también arriesgado por las expectativas de los fans, pero el reconocimiento de marca está asegurado.

Con Death Stranding, que no es un exclusivo interno como los mencionados pero sí está coproducido por Sony, no sólo se ha creado una nueva IP, sino que también se ha apostado por un planteamiento jugable que es difícil de encasillar no vamos a llegar a los extremos del director de llamarlo un nuevo género, pero ciertamente es algo singular. Un doble tirabuzón que está al alcance de muy pocos nombres propios en este sector.