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Jueves 18 de Abril 2024

Decenas de miles cruzan frontera entre Colombia y Venezuela

 

CARACAS (AP) — Más de 70.000 personas entraron y salieron del territorio colombiano después que el presidente venezolano Nicolás Maduro reabrió los pasos fronterizos que permanecían cerrados desde hace casi cuatro meses, informaron el domingo las autoridades de Colombia. El director general de Migración Colombia, Christian Kruger, dijo en un comunicado que más de 34.000 […]


CARACAS (AP) — Más de 70.000 personas entraron y salieron del territorio colombiano después que el presidente venezolano Nicolás Maduro reabrió los pasos fronterizos que permanecían cerrados desde hace casi cuatro meses, informaron el domingo las autoridades de Colombia.

El director general de Migración Colombia, Christian Kruger, dijo en un comunicado que más de 34.000 ciudadanos venezolanos ingresaron al territorio colombiano y casi 40.000 regresaron a su país el sábado, el primer día de la reapertura.

Tras la decisión de Maduro de levantar la medida de cierre de los puentes fronterizos _que enlazan el departamento Norte de Santander de Colombia y el estado Táchira, al extremo occidente de Venezuela_ comenzaron nuevamente a registrarse “altos flujos de viajeros”, indicó Kruger.

“Esta reapertura trae consigo una disminución del uso de trochas por parte de las personas, un aspecto positivo ya que no continuar poniendo en riesgo su integridad para cruzar la frontera y mucho menos pagar para que se les permita hacerlo como estaba sucediendo”, acotó el funcionario

Cientos de venezolanos utilizaban a diario caminos de piedras aledaños _conocidos como “trochas”_ para llegar a la ciudad colombiana de Cúcuta, al nororiente de Bogotá, algunos para trabajar, otros para recibir atención médica y la mayoría para comprar alimentos y medicinas que son severamente escasos en Venezuela.

Maduro cerró las fronteras con Aruba, Bonaire, Curazao, Brasil y Colombia a fines de febrero cuando la oposición política intentó introducir toneladas de ayuda humanitaria al país.

La entrega de ayuda humanitaria internacional se ha convertido en un frente de lucha por el poder en Venezuela.

Estados Unidos envió cientos de toneladas de alimentos y artículos de higiene personal a zonas de Colombia, Brasil y el Caribe holandés limítrofes con Venezuela para apoyar al líder opositor Juan Guaidó, que como jefe de la Asamblea Nacional se autoproclamó presidente Interino y presiona la salida de Maduro del poder, argumentando que Maduro fue reelegido para un nuevo mandato de seis años en unos comicios fraudulentos.

Maduro, quien ha negado que Venezuela viva una crisis humanitaria, repetidamente ha dicho que el plan de forzar el ingreso de la ayuda era un pretexto para justificar una posterior intervención militar estadounidense y derrocarlo.

Pese a la medida de reapertura, el tráfico de vehículos se mantiene bloqueado y permanecen sobre los puentes binacionales grandes contenedores colocados allí por militares venezolanos para impedir el paso.

“La voluntad de apertura debe estar acompañada de acciones reales”, señaló en el escrito Kruger. Los flujos que se registraron el sábado, “creemos se mantendrán en los próximos días, mantener los contenedores sobre los puentes es poner en riesgo la integridad y la vida de las personas que transitan por ahí”, agregó.

El bloqueo de los puentes binacionales y las restricciones del paso de personas generaron también una serie de irregularidades, incluido enfrentamientos entre delincuentes que buscan controlar los improvisados pasos fronterizos y que exigen pagos para permitir el paso de personas y mercancías por los caminos abiertos en la maleza.

Venezuela está sumida en la peor crisis económica de su historia luego de dos décadas de gobiernos socialistas, la cual está signada por una hiperinflación, la escasez de productos básicos como alimentos y medicinas y una profunda recesión que ha obligado a muchos venezolanos a emigrar.

Según cifras de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), cuatro millones de venezolanos, casi el 15% de la población, han abandonado el país desde 2015.