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Jueves 28 de Marzo 2024

#OpiniónCapital Olímpicos y el botón atómico

 

Una vez más el movimiento olímpico logra la llamada tregua olímpica, costumbre de la antigua Grecia, en la cual se suspendían todas las guerras de forma temporal para permitir el desplazamiento y la celebración de la justa deportiva


Histórico, sólo así podemos describir el acuerdo al que han llegado las delegaciones diplomático deportivas de Corea del Norte y Corea del Sur, en el sentido de desfilar juntos en la ceremonia de apertura de los ya inminentes Juegos Olímpicos de Invierno a celebrarse a partir del 9 de febrero en la provincia de PyeongChang, Corea del Sur, ubicada a menos de 80 kilómetros de la zona neutral del paralelo 38 que divide a la península desde hace más de 60 años.

El botón atómico

Hace apenas unas semanas el gobierno de Corea del Norte encabezado por su líder supremo (es su cargo oficial) Kim Jong Un, lanzó una grave amenaza, presumiendo su “botón rojo” que accionaría el lanzamiento de misiles atómicos, esos dimes y diretes con el Presidente de Estados Unidos Donald Trump, todo esto precedido del lanzamiento de misiles de largo alcance que cayeron en el mar de Japón cruzando territorio de Corea del Sur.

Tregua olímpica

Una vez más el movimiento olímpico logra la llamada tregua olímpica, costumbre de la Grecia antigua, fundadores de los Juegos Olímpicos, en la cual se suspendían todas las guerras de forma temporal para permitir el desplazamiento y la celebración de la justa deportiva en la ciudad de Olimpia.

La paz en Yugoslavia

Previo a los Olímpicos de Barcelona 92, el Comité Olímpico Internacional, encabezado entonces por Juan Antonio Samaranch, propuso a la ONU convocar una tregua olímpica, reviviendo aquella gran tradición de los Olímpicos antiguos, para detener, aunque fuera por unas semanas, la espantosa (todas lo son, pero aquí fue de hermanos con hermanos) guerra en los Balcanes, que derivó con la desaparición de Yugoslavia, emergiendo los países que hoy tienen vida propia: Serbia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia, Eslovenia y Kosovo, desafortunadamente la tregua no se llevó a cabo en su totalidad, pero surtió efecto en algunas partes.

Las dos Coreas

En guerra desde el final de la segunda guerra mundial, hasta el acuerdo que aún no firma la paz, en 1956, con la división de facto en el paralelo 38, tendrá una tregua olímpica, pactada principalmente por la seguridad de los miles que asistirán de todo el planeta a PyeongChang, la capital olímpica de invierno, logrando como gesto de buena voluntad por ambas partes, más allá de lo simbólico, el que ambas delegaciones desfilen unidas los días de la inauguración y la clausura, como ya ocurrió en Torino 2006, Sidney 2000 y Atenas 2004.

Por si esto fuera poco, la delegación de Corea del Norte viajará a PyeongChang por la vía terrestre comprometiéndose Corea del Sur a garantizar la seguridad en todo el trayecto y durante los juegos.

Así las cosas, pues, el movimiento olímpico logra una vez más iniciativas que van mucho más allá de los juegos, el fomento de la paz entre las naciones… aunque sólo sea por unas cuantas semanas… Así de fácil…

Alfredo Domínguez Muro/@ADOMINGUEZMURO

smg