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Jueves 28 de Marzo 2024

#OpiniónCapital La carnicería

 

En las elecciones del 2000 no hubo una carnicería de instituciones y de personas como la que estamos presenciando en este momento


Lo que estamos haciendo en México en estas elecciones es una carnicería.

Cuando el año 2000, cuando la alternancia, cuando Fox, cuando el país ya no podía más con el PRI, ni con sus técnicas y pensábamos que con abrirle la puerta a otra cosa que no fuera el tricolor nos volveríamos guapos, altos y buenos; el país mostró lo que significaba una situación de hartazgo total.

Sin embargo, en aquella elección no hubo una carnicería de instituciones y de personas como la que estamos presenciando en este momento.

Suscribo y firmo con tinta indeleble, que ningún gobierno tiene derecho a usar, lo que todos pagamos, para perjudicar a un enemigo político.

Suscribo y firmo que ninguno de nosotros podemos aprovechar lo que significa la confusión del tsunami en una elección presidencial para que eso termine convirtiéndose en una gigantesca amnistía sobre lo que hicimos.

Si te atrapan, te atraparon. Y puede ser que la PGR no esté autorizada para sacar el video que publicó, pero para eso no hay más remedio que regresar al origen y saber que nadie llevó a Anaya detenido, él fue porque quiso, quiso ir a dar una explicación que al final no dio y quiso ir para dejar testimonio de que había estado ahí.

A partir de eso la institución tiene el derecho de hacer o no público ese video. Pero de eso a criminalizar completamente a la PGR, porque por una vez está cumpliendo con su deber investigando a alguien, aunque ese alguien sea el candidato que aspira a convertirse en nuestro próximo presidente; ya es demasiado.

Yo le pido a la PGR que siga investigando este caso como debería de hacerlo con todos los demás.

La injusticia radica en el tratamiento discriminado y desigual entre unos y otros, más no en el hecho de hacer lo que se debe.

Estamos haciendo una carnicería de instituciones, y en este momento ningún servidor público se atreverá a cumplir con su deber, porque su deber no es arrodillarse frente al poder, ni apostar al cumplimiento de la ley para saber quién será el nuevo presidente, su deber es darnos a los mexicanos el trabajo bien hecho de las investigaciones terminadas.

Pero eso aún no ha sucedido y los señores candidatos tienen que ser conscientes de que tal y como van las cosas corren el riesgo de auto eliminarse y de hacernos volver a una elección como la de 1976, donde José López Portillo sólo compitió contra su sombra.

Y si seguimos por este camino liquidando poco a poco a cada uno de los candidatos, sencillamente llegaremos a la elección sin ningún contendiente, porque no quedará nadie vivo para contarlo.

En ese sentido, la ausencia de fe democrática, una cierta neutralidad del Estado y los crímenes perpetrados desde el poder, ya están desencadenando toda una carnicería.

Antonio Navalón/@antonio_navalon

*Esta opinión no refleja necesariamente la de este sitio informativo

smg