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Jueves 28 de Marzo 2024

Tecnología, culpable de la adicción al trabajo

 

Los llamados workaholics nunca dejan de trabajar y si lo hacen se sienten culpables o ansiosos; piensan en temas laborales aún sin estar físicamente en el lugar y muestran desinterés por otras actividades personales o sociales. Les cuesta trabajo delegar y su comunicación interpersonal se ve afectada por esa necesidad de hacer las cosas a cierto ritmo.


El uso de las nuevas tecnologías (teléfonos inteligentes, tabletas e Internet) son factores principales que promueven la adicción al trabajo o el (workaholism en ingles), que es la necesidad compulsiva, excesiva e incontrolable de realizar una actividad laboral y que a pesar de sus consecuencias negativas, 80 por ciento de las empresas establecidas en México recompensan ese trastorno ocupacional, lo que se vuelve irremediablemente tóxico para la gente.

De acuerdo con un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizado entre 2013 y 2015 en México, la adicción al trabajo prevalece entre la gente de 29 y 48 años. De los tres mil trabajadores encuestados, la mitad reporta haber tenido dos empleos al mismo tiempo, aunado a que muchos, de manera simultánea, estudian y tienen actividades en el hogar.

En el documento se señala que 62 por ciento de los mexicanos se considera adicto al trabajo, al reportar que labora más de ocho horas al día, no come de manera adecuada y vive con los niveles de estrés por encima de lo normal.

Desgaste laboral   De esas tres mil personas encuestadas, 30 por ciento indicó que dedica de 50 a 55 horas por semana al trabajo, 29 por ciento labora de 45 a 50 horas, 26 puntos porcentuales reporta más de 55 horas y 15 por ciento dedica menos de 45 horas al trabajo.

La mayoría de los consultados manifestó algún padecimiento causado por el exceso de trabajo: 60 por ciento refiere estrés, 12 argumenta algún desgaste físico y psicológico, 11 puntos porcentuales se dice deprimido, nueve por ciento padece pérdida de apetito y ocho por ciento refiere irritabilidad.

Según el mismo estudio, 65 por ciento de los encuestados se desempeña laboralmente al día entre 10 y 12 horas, y un 10 por ciento trabaja más de 12. A ello se aúna que somos de las naciones con menos días de vacaciones al año. “Si acumulamos esos factores, las consecuencias son gravísimas”, dicta el estudio.

En el país éste y otros trastornos ocupacionales van al alza. A nivel mundial la cifra de adicción al trabajo reportada es de 30 por ciento entre los profesionistas.

En México es de 35 por ciento, de acuerdo con los datos arrojados por la encuesta. Éste es un fenómeno que no distingue nivel socioeconómico, ni a empresas públicas o privadas, y aunque es más común en puestos gerenciales y directivos, también se presenta en niveles operativos y medios.

La Universidad Nacional señala que entre un cinco y ocho por ciento de los trabajadores del país serían adictos al trabajo. Siete de cada 10 empleados mexicanos reconoce sentir al menos uno de los signos que componen la adicción laboral. Según datos, trabajar muchas horas no es sinónimo de productividad y, contrariamente a lo que se cree, en México el fenómeno produce una disminución de hasta el 30 por ciento en productividad, por ausentismo.

Cómo identificarlo   El adicto al trabajo se caracteriza por ser una persona con una gran necesidad personal de tener el controly desarrolla hábitos tales como hacer tareas que son innecesarias o que no le corresponden solo para justificar su trabajo excesivo. Comprometido al extremo, el workaholic, como se denomina a esta clase de personas en inglés, no tiene tiempo para ocio, casi no se alimenta ni tiene mucha vida social.

Frecuentemente, los adictos al trabajo terminan viendo al trabajo como el único lugar donde son valorados, donde tienen vida social y desafíos constantes y, si ese esquema se rompe, la persona puede desestabilizarse e incluso enfermarse. Además, si el empleado con problemas de adicción a su labor profesional tiene familia, su comportamiento probablemente le ocasione conflictos en el hogar.   La cuestión de la adicción al trabajo no es exclusiva de México. En España, uno de los países con mayor desempleo de la Unión Europea, se estima que el nivel de adicción al trabajo podría crecer en dos años hasta un siete por ciento en promedio.

El número de adictos al trabajo en México se ha incrementado desde 2012 a la fecha, pues en la actualidad 20 por ciento de los profesionistas mexicanos se considera en esa condición.   Actualmente, el tiempo que se dedica a la familia es menor al deseado por los trabajadores encuestados: 42 puntos porcentuales dijo que sacrifica tiempo para estar con la familia o amigos, 32 por ciento refiere no compartir tiempo con los hijos y 26 por ciento señala problemas con la pareja.

Ser responsable en exceso implica una adicción al trabajo, por lo que quien tenga estas características debe saber cuándo detenerse y determinar cuánta carga laboral puede atender.   De acuerdo con la doctora Erika Villavicencio Ayub, de la Facultad de Psicología de la UNAM, la adicción al trabajo es un concepto reciente en la cultura mexicana, aunque en la literatura mundial se conoce desde 1968, cuando el profesor Wayne Oates lo utilizó para referirse a su experiencia laboral comparándola con el alcoholismo. La definió como la necesidad excesiva e incontrolable de trabajar incesantemente que afecta la salud, la felicidad y las relaciones personales.

Los llamados workaholics nunca dejan de trabajar y si lo hacen se sienten culpables o ansiosos; piensan en temas laborales aún sin estar físicamente en el lugar y muestran desinterés por otras actividades personales o sociales. Les cuesta trabajo delegar y su comunicación interpersonal se ve afectada por esa necesidad de hacer las cosas a cierto ritmo.

Asimismo, terminan comiendo y durmiendo mal por darle prioridad al trabajo y debido a su baja centralidad familiar dedican más tiempo a trabajar que a otras áreas de su vida.

Pedro Montes de Oca / Capital Media