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Martes 19 de Marzo 2024

En Campaña

 

Es así que el Presidente ha encontrado nuevamente la “causa” para recorrer el País, andar en campaña, distraer de la pandemia y seguir polarizando en medio de una de las crisis sanitarias y económicas más profundas de los últimos 100 años.


Por: Juan Carlos Zepeda*

Hay momentos donde la intuición y las decisiones rápidas basadas en los reflejos o la experiencia nos pueden sacar de situaciones difíciles. Pero hay otros en los que justamente esta forma de responder nos puede llevar al desastre total. Saber la diferencia de cuándo actuar por instinto y cuándo generar un proceso de análisis, reflexión y acción mucho más deliberado, es necesario en cualquier líder.

En este sentido, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha demostrado a lo largo del tiempo que tiene un gran apego social pero sobre todo un gran instinto político, el cual le permitió sobrevivir a lo largo de los años incrementando su arraigo entre los mexicanos. Sus reacciones ante las crisis políticas, a veces generadas por él mismo y sus más cercanos colaboradores, han sido calificadas de “primarias” o “básicas”, pero sin duda bastante efectivas en términos de su popularidad.

Una de las tantas cosas que la pandemia ha dejado ver (¡caray!, “tan bien que íbamos”) es la incapacidad de este Gobierno de garantizar aquello que ha vendido al ciudadano por meses y meses: el combate a la corrupción y el bienestar. El manejo de la emergencia aceleró eso que parecía imposible en el corto plazo: una tendencia -gradual pero sostenida- a la baja en la aceptación y popularidad del Primer Mandatario.

No nos equivoquemos, sigue siendo un Presidente muy querido por el pueblo de México, goza de una muy alta confianza y credibilidad y tiene todavía un buen margen de maniobra en medio de la contingencia a un año exacto de las elecciones intermedias del 2021, donde se renovará la Cámara de Diputados y casi la mitad de las gubernaturas del País. Una elección fundamental para la Cuarta Transformación y sus aspiraciones de trascendencia.

Tal vez por eso midió muy bien la estrategia y retomó aquello que tantos beneficios le ha traído: andar en campaña. Ahí es donde el Presidente se encuentra a sí mismo, su razón de ser y su mayor fuerza.

El reiniciar sus giras “de trabajo” en medio de una Pandemia que, usando sus palabras, no se ha domado, marcó el punto de salida. Y lo acaba reiterar con toda su fuerza el fin de semana: “Qué bueno que se definan, nada de medias tintas… no es tiempo de simulaciones, o somos conservadores o somos liberales”, dijo en relación al enfrentamiento con Jalisco, y llamó claramente a definirse a favor o en contra de su proyecto de Gobierno. Además y para que no quede lugar a dudas, ayer en la conferencia mañanera lo reiteró al “develar” un “plan contra su Gobierno” denominado Bloque Opositor Amplio (BOA), donde militan los “malos” de este país.

Es así que el Presidente ha encontrado nuevamente la “causa” para recorrer el País, andar en campaña, distraer de la pandemia y seguir polarizando en medio de una de las crisis sanitarias y económicas más profundas de los últimos cien años.

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* Maestro en Historia del Pensamiento.

Socio Director de FWD Consultores.