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Viernes 19 de Abril 2024

Floreros y política

 

Hasta hoy, pareciera que esa intuición está dando resultados en materia de salud, ante las críticas que le pidieron que actuara antes y de manera mucho más enérgica. Justo las semanas por venir representan la prueba de fuego en este ámbito. 


Por: Juan Carlos Zepeda*

Un florero es, por definición de la Real Academia de la Lengua, un “vaso para poner flores”. Pero si vamos un poco más allá, podríamos decir que este recipiente cumple una función decorativa, ornamental, a veces muy importante en los espacios donde se utiliza y que incluso los puede mejorar de manera significativa. Ya entrados en eso, bueno, hasta pueden tener un efecto emocional positivo en los espacios de convivencia, máxime en periodos de guarda como el que estamos atravesando.

Y es interesante que el mismo Presidente de la República reclamara esta semana que si el Gobierno está solo “de florero o de adorno”, al supuestamente no ser tomado en cuenta en el Programa del BID Invest y el Consejo Mexicano de Negocios para facilitar el financiamiento a las micro, pequeñas y medianas empresas.

Llama la atención la referencia cuando desde hace ya varios días se han publicado diferentes críticas haciendo alusión a la falta de consenso y de coordinación entre el Presidente y su Gabinete, que en teoría, debería ser su equipo más cercano y con el que se apoya en la toma de decisiones. Conferencias en las que tal o cual Secretario estaban solo como “adorno”, sin participar, sin aportar en los temas que le competen.

Si bien hemos visto que el Presidente tiene una gran intuición política y una capacidad de respuesta inmediata ante situaciones o preguntas incómodas, conectando de manera empática con la mayoría de sus seguidores, también estamos siendo testigos de un personaje que parece querer concentrar todo el aplauso y reconocimiento por los apoyos anunciados y que difícilmente cambiará alguna de las tesis fundamentales de su Gobierno, independientemente de que la realidad marque nuevos retos y escenarios.

Hasta hoy, pareciera que esa intuición está dando resultados en materia de salud, ante las críticas que le pidieron que actuara antes y de manera mucho más enérgica. Justo las semanas por venir representan la prueba de fuego en este ámbito.

Pero en materia económica la cosa no parece ir por el mismo camino. Se ha evidenciado, incluso en las cifras oficiales, el fuerte golpe a partir de la pérdida de más de medio millón de empleos formales y el cierre parcial o total de empresas de todos tamaños.

Los empresarios -aquellos propietarios de un negocio o comercio de cualquier tamaño, desde los más modestos hasta las grandes compañías-, no son el mal a vencer, son de hecho, una de las vías que nos puede ayudar a sortear la crisis de mejor manera.

Lo que desde el Gobierno se debe entender es que cada sector tiene una responsabilidad y la tiene que cumplir, sin duda, pero para ello es indispensable el actuar en conjunto, de manera coordinada, con unidad, sumando y no restando, evitando protagonismos innecesarios, confrontaciones estériles y rompiendo de una vez con los estereotipos que solo dividen y profundizan la crisis social que se nos avecina. Ya habrá tiempo otra vez para la política electoral, hoy es tiempo de la política real.