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Martes 23 de Abril 2024

Polvorín tricolor

alejandro moreno
 

El PRI se encuentra en un punto complicado a cuatro meses de los comicios y se niega a hacerlo público.


Dobleces |

Por: Israel Mendoza Pérez

@imendozape

Para evitar un cisma en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en pleno proceso electoral, el dirigente nacional Alejandro Moreno Cárdenas esquiva hablarle de frente a la militancia y sectores simpatizantes y se niega a declarar que la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales (Fede) le requirió información que lo pone en una situación de debilidad política frente al partido y los adversarios.

Su llegada como dirigente nacional del partido tricolor trae una cauda de denuncias por las pifias de las cuales el fiscal electoral, José Agustín Ortiz Pinchetti, ya tiene conocimiento y los requerimientos de información solicitados recientemente comienzan a presionar sus movimientos políticos. Al menos, en la carpeta de investigación número FED/FEPADE/UNAI-DCMX/0000384/2019 está documentado robo de datos personales, y alteración en el padrón de militantes para encumbrar a Moreno Cárdenas.

Sin valor y achicado en su margen de operación, Alito se niega aceptar que de continuar bajo sospechas de la Fede y no aclarar la situación jurídica en la que se encuentra su dirigencia se enfila a una derrota moral y por añadidura aceptar que esa falta arrastrará a los candidatos que serán víctimas de sus opacidades y tendrá que admitir un mea culpaen las elecciones más crispadas de la historia contemporánea.

En esta intrincada situación jurídica Alejandro Moreno anda campante pero recientemente le solicitó la Fede todas las las auditorías correspondientes a su padrón de militantes durante 2019. En este punto, la Fede ya comenzó a meter presión extra a una dirigencia frígida. El PRI se encuentra en un punto complicado a cuatro meses de los comicios y se niega a hacerlo público.

Desde el 7 de diciembre de 2020, se le solicitó a Ortiz Pinchetti su intervención en el caso de la investigación en contra de Alejandro Moreno, el presidente consejero, Lorenzo Córdova Vianello y los 10 integrantes del Consejo General del INE. La sospecha de encubrimiento de la dirigencia del PRI y el robo de identidad es lo que pesa más en cuestiones de imagen política contra el INE y el revolucionario institucional. No hacerlo público ni reconocer ante la militancia el polvorín sobre el que se encuentran parados es poner en un enorme riesgo a candidatos a gubernaturas e incluso poner en peligro su cercanía con el PAN y PRD sus otrora históricos adversarios. Ahora aliados de conveniencia.

A Alejandro Moreno y a su dirigencia se le acusa de violaciones a la Ley General de Partidos políticos y por usurpación de funciones legislativas, así como por violaciones flagrantes a los estatutos internos del partido y su vida democrática. Así llegó a la dirigencia nacional, con una losa en su contra. No lo cubre, lo aplasta. Y sus movimientos políticos ahora deben ser cautos ya que la Fede está tras él, pero la opacidad ha sido su arma frente a una dirigencia que se advierte inestable.

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