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Martes 23 de Abril 2024

Un día como hoy, pero de 1888 murió San Juan Bosco

 

Fue fundador de los salesianos e impulsor de la devoción a la Virgen Santísima bajo el título de María Auxiliadora, se ordenó sacerdote en junio de 1841; estableció escuelas para los niños y jóvenes desamparados.


Este viernes, 31 de enero, de acuerdo con el santoral católico, se celebra la festividad del “Padre, Maestro y Amigo de los Jóvenes”, San Juan Bosco; fundador de la Congregación Salesiana.

Nacido en la región italiana del Piamonte, en 1815, creció en el seno de una familia muy pobre, por lo que el estudio, sus deseos de superación y la gran devoción de su madre, se convirtieron en su motor de vida.

A los nueve años, tuvo su primer sueño premonitorio, conocido popularmente como “el sueño de los nueve años”, en el cual, se vio lanzándose a golpear a un grupo de niños que decían groserías en el patio de una escuela cuando apareció un hombre que le dijo:

“No con puños, sino con amabilidad vencerás a estos muchachos (…) Yo soy el Hijo de Aquella a quien tu madre te enseñó a saludar tres veces al día (…) Mi Nombre pregúntaselo a mi Madre”.

En medio de aquel mismo sueño, una hermosa mujer lo tomó de la mano y al mirar a su alrededor no vio a los niños sino a animales salvajes, por lo que ella le dijo: “Hazte humilde, fuerte y robusto… y lo que tú ves que sucede a estos animales, tú lo tendrás que hacer con mis hijos”, e inmediatamente, las fieras se convirtieron en corderos.

Esa experiencia, según lo que aparentemente el mismo santo habría dicho, lo acompañó durante toda su vida; sin embargo, más allá de ella, el primer objetivo en la vida de Don Bosco fue estudiar y así, con 16 años, ingresó al seminario de Chieri.

Tras recibir el diaconado, pasó al seminario mayor de Turín y un tiempo después, con la aprobación de sus superiores, surgió la inciativa del “Oratorio Festivo”, para educar y recrear cada domingo a los niños abandonados; objetivos que luego se arraigaron más cuando construyó sus propios talleres de aprendizaje. De esta forma, para el año 1856, ya habían cuatro talleres, una imprenta, cuatro clases de latín y 10 sacerdotes, en pro de la formación juvenil.

Sin embargo, hasta ese momento, San Juan Bosco y sus compañeros (sacerdotes y laicos consagrados), se habían centrado en educar en los más necesitados sin oficializar su organización, por lo que, en 1859, organizaron la Congregación Salesiana; posteriormente, en 1872 quedaría inaugurada la congregación femenina, bajo el nombre de “Hijas de Nuestra Señora, Auxilio de los Cristianos” y en 1876, la tercera orden conocida como los “cooperadores salesianos”, que agrupó a todas aquellas personas que sin tener una vocación sacerdotal o consagrada, participaban del proyecto.

Años más tarde, el santo italiano envió sus primeros misioneros hacia América del Sur, para expandir su proyecto de educación para los más necesitados; dando origen a las escuelas, colegios e instituciones salesianas que todavía hoy, ofrecen formación educativa, católica y pastoral.

El 31 de enero de 1888, a los 72 años de edad y tras vivir para servir, educar y enseñar a los jóvenes abandonados y desprotegidos, San Juan Bosco, falleció en Turín, Italia.

10 años después de su muerte se inició el camino hacia su beatificación y canonización aunque, oficialmente, el proceso diocesano comenzó el 24 de junio de 1907. Sin embargo, la causa demoró 20 años en el Vaticano, hasta que, el 20 de febrero de 1927 se firmó el decreto de la heroicidad de virtudes del santo.

Su beatificación se efectuó el 02 de junio de 1929 y su canonización, el 01 de abril de 1934; con motivo de esta última, el Papa Pío XI, quien fue amigo de Don Bosco, se refirió a él como “el apóstol de la juventud, completamente entregado a la gloria de Dios y a la salvación de las almas”.