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Martes 23 de Abril 2024

Olímpicos de invierno en Corea del Sur ofrecen a los turistas sopa de perro

 

Confinados en jaulas, con pocas o nulas condiciones salubres, los perros están a la vista de todos los turistas que deciden salir de la ciudad olímpica y explorar más de Corea del Sur


Si bien no son los juegos olímpicos de verano, que obtienen máxima atención alrededor del mundo, la versión invernal de esa competencia también logra atraer a miles de personas que visitan el país sede.

Este año, Pyeongchang en Corea del Sur tiene el honor de albergar la justa y de recibir a los turistas que viajaron para apoyar a los atletas de su país.

A tan sólo 100 kilómetros de la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno, se vive una de las tradiciones culinarias más criticadas alrededor del mundo: matar perros para después venderlos en una sopa.

Confinados en jaulas, con pocas o nulas condiciones salubres, los perros están a la vista de todos los turistas que deciden salir de la ciudad olímpica y explorar más de Corea del Sur.

Según un reportaje del sitio británico The Daily Mail, los perros vivos, listos para cocinar o en caldo, se venden abiertamente y sin restricciones. La carne se vende hasta en $180 dólares por kilogramo, en puestos callejeros y restaurantes, un plato de sopa elaborada con esos animales se vende en $7.50 dólares.

Aunque la mayoría prefiere consumir carne de perros adultos, algunos prefieren a los más pequeños debido a que consideran que su carne es más suave y tiene un mejor sabor.

Los perros se exhiben y permiten que el comensal elija el animal que quiere degustar; los vendedores utilizan métodos como la electrocución, el ahorcamiento o el azote para matar a los perros, algo que provoca críticas severas contra Corea del Sur y su tradición, ya que ellos tienen la creencia que consumir un plato de sopa o caldo de perro ayuda a aumentar las capacidades sexuales; se estima que 1 de cada tres coreanos lo ha probado y 1 de cada 20 lo consume de forma habitual.

En diciembre del 2016, el gobierno de Corea del Sur comenzó a practicar una serie de medidas para tratar de erradicar el consumo de carne de perro y amortiguar el impacto económico que provocaría erradicar su venta, ya que el país es capaz de vender hasta 80 mil perros al año.

Una de ellas fue la de brindar un apoyo económico a los vendedores del mercado de Seongnam, el mercado al aire libre más grande de todo Corea del Sur; para que dejaran de vender esta carne y los alimentos derivados.

 Debido a la nula respuesta a estas medidas, el gobierno prohibió temporalmente la venta de carne de perro en Seongnam y otras ciudades cercanas a Pyeongchang, por lo menos hasta finales de febrero, cuando terminen los Juegos Olímpicos.

Sin embargo, la medida no causó el efecto esperado y lo único que provocó es que los vendedores tengan un equipo de personas que vigilan el mercado y prohiben el uso de cámaras y celulares.

smg