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Martes 08 de Octubre 2024

Abarca y la noche de Iguala

Abarca y la noche de Iguala
Foto: Internet 

Los normalistas de Ayotzinapa fueron secuestrados por policías de Iguala y remitidos a policías de Cocula, quienes los entregaron a integrantes de Guerreros Unidos, ahí comenzó el drama desde hace seis años.


Dobleces |

Con un trabajo de precisión, la cuatroté comenzó a dar un viraje a la “verdad histórica” sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Desde que la Fiscalía General de la República (FGR) reveló que los restos de Cristian Rodríguez, uno de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa en 2014, fueron hallados en el municipio de Cocula, a 800 metros del basurero, la historia comenzó a reescribirse.

Los normalistas de Ayotzinapa fueron secuestrados por policías de Iguala y remitidos a policías de Cocula, quienes los entregaron a integrantes de Guerreros Unidos, ahí comenzó el drama desde hace seis años. En las investigaciones posteriores al levantón y desaparición de los estudiantes se interrogó a 47 uniformados de la Policía Municipal de Iguala, 14 a la de Cocula y siete a integrantes del grupo delictivo Guerreros Unidos.

Sin embargo, el caso, en estos momentos, gira con discreción a favor de José Luis Abarca, ex presidente municipal de Iguala. Primero, Rosario Piedra presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) desapareció, en enero de este año, la Oficina Especial para el Caso Iguala y le pasó la estafeta a la Primera Visitaduría, de esta manera se pierde el seguimiento y se desdibuja el enfrentamiento entre policías municipales y miembros de la delincuencia organizada. Agentes que estuvieron bajo el mando de Abarca. Desde ese punto vuelve a iniciar la CNDH el trabajó que inició el 18 de diciembre de 2014 cuando se creó esa oficina especial.

Recientemente, el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero le dijo a un diario de circulación nacional que la verdad histórica de Jesús Murillo Karam se comenzó a caer por irregularidades en el manejo del caso.

Cuando se le preguntó la paticipación de José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda sus palabras fueron tan ambiguas que ni negó ni afirmó la vinculación del matrimonio en el caso de la desaparición de los 43. Sobre el ex alcalde de Iguala queda una causa penal la cual lo mantiene en prisión, ésta tiene que ver con una orden de aprehensión librada el 6 de octubre de 2017 y que fue cumplimentada donde se les señala como presuntos responsables de los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícitos.

Lo que se debe contextualizar y que en su momento se documentó por defensores de derechos humanos y personal de distintas corporaciones de seguridad encargadas de investigar es que en el momento de la desaparición de los normalistas, la inseguridad que imperaba en la ciudad de Iguala, antes de los días 26 y 27 de septiembre de 2014, contribuyó, a la generación de las condiciones que propiciaron los hechos de Iguala que pusieron al descubierto la colusión de autoridades municipales con miembros de la delincuencia organizada.

La descomposición en la estructura de seguridad policiaca municipal es lo más endeble del caso y está alrededor de José Luis Abarca. La percepción de que la verdad histórica fue una falsa salida ya se construyó en la narrativa de la 4-T y lo comenzó a mover a su favor. Así que en adelante lo que hagan será decisivo para esclarecer el caso, incluso ver fuera de prisión al exalcalde.

 

Por: Israel Mendoza Pérez

@imendozape