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Jueves 28 de Marzo 2024

Examen de conciencia I

Examen de conciencia I
 

Que esta breve guía no sea un medio para encontrar pecados en otros, sino que honestamente se aplique al examen de uno mismo, pues no hay nadie que se halle exento de haber incurrido en varias de estas faltas.


Roberto O’Farrill Corona

Ver y Creer |

El Ritual de la Penitencia propone dos guías para un examen de conciencia. Una, a partir de los Diez Mandamientos; la otra, desde la enseñanza de Jesús en el amor a Dios y al prójimo.

Respondiendo algunas preguntas, a partir del Decálogo, fácilmente se puede tomar conciencia de aquellas acciones u omisiones que nos han apartado de Dios:

1) Amar a Dios sobre todas las cosas.- ¿Amamos verdaderamente a Dios por encima de todo, o damos más importancia a las cosas de este mundo? ¿Afirmamos tener buenos valores, pero no los practicamos? ¿Nos dirigimos a Dios con gratitud, o rezamos solamente cuando tenemos necesidad? ¿Queremos realmente ser transformados por la voluntad de Dios, o aparentamos ser buenos cristianos?

2) No tomar el nombre del Señor en vano: ¿Faltamos al respeto al nombre de Dios, dándole mal uso por frustración o para aparentar dureza? ¿Dudamos en mencionar a Dios en situaciones o conversaciones precisas? ¿Continuamos aprendiendo acerca de Dios, prestando atención en la Iglesia, en clases, lecturas y en programas de radio y televisión católicos?

3) Santificar las fiestas: ¿Vamos a la iglesia para celebrar la Eucaristía los domingos y fiestas de guardar o vamos a Misa sólo cuando nos conviene? ¿Participamos en la Eucaristía orando o acudimos como espectadores? ¿Reconocemos la Presencia de Cristo en la Eucaristía y recibimos la Santa Comunión?

4) Honrar a los padres: ¿Contribuimos a traer paz y felicidad a nuestras familias, o somos una fuente de dolor y división? Como padres, ¿somos generosos y pacientes con nuestros hijos, les dedicamos tiempo y atención y les marcamos limites y normas? Como hijos, ¿agradecemos, amamos, respetamos y obedecemos a nuestros padres? ¿Apreciamos sus sacrificios? ¿Les manifestamos cariño, les prestamos servicios y los sostenemos en sus necesidades económicas?

5) No matar: ¿Hemos dañado a otra persona por descuido o pleitos? ¿Nos hemos puesto, a nosotros mismos o a otros, en peligro por el uso imprudente de alcohol o drogas, o les hemos causado dificultades? ¿Hemos aconsejado o practicado el aborto? ¿Nos esforzamos por perdonar, o guardamos rencor y deseo de venganza? ¿Usamos nuestra influencia, y derecho al voto, para luchar contra la guerra, la opresión, el aborto y la injusticia, o los consentimos con nuestra apatía y silencio? ¿Hemos sido violentos o abusivos en acciones o palabras? ¿Compartimos lo que tenemos con los que están en apuros? ¿Apoyamos la vida y misión de la Iglesia? ¿Llevamos nuestro cristianismo a situaciones cotidianas, o lo mantenemos al margen? ¿Nos quejamos de las faltas en los demás?

6) No cometer actos impuros: ¿Respetamos la dignidad del cuerpo humano y la santidad del matrimonio? ¿Mostramos respeto en nuestro hablar, o el lenguaje soez es parte de nuestras conversaciones? ¿Apreciamos nuestra sexualidad como un medio para expresar nuestro amor, y el amor de Dios, en el Matrimonio? ¿Hemos sido fieles a nuestro matrimonio, o a nuestros votos sacerdotales o religiosos? ¿Hemos deshonrado nuestros cuerpos por la fornicación o la impureza, o por conversaciones y pensamientos indignos? ¿Hemos inducido a otros a pecar?

7) No robar: ¿Respetamos la propiedad de los demás? ¿Hemos robado, dañado o cometido vandalismo con la propiedad de otros? ¿Hemos engañado en el trabajo o la escuela? ¿Hemos presionado a otros para engañar? ¿Somos honrados, trabajadores y confiables? ¿Cuidamos la naturaleza?

8) No dar falso testimonio ni mentir: ¿Hemos mentido para librarnos de problemas o evitar dificultades? ¿Murmuramos de los demás o hemos dañado su prestigio? ¿Se nos puede confiar un secreto? ¿Salimos en defensa de quienes son injustamente acusados, o somos un canal por el que se transmiten los rumores?

9) No consentir pensamientos ni deseos impuros: ¿Hemos debilitado o dañado nuestro compromiso matrimonial por nuestra obsesión por otra persona? ¿Respetamos los compromisos de los demás y los ayudamos a mantenerse fieles a sus promesas? ¿Tratamos con ligereza nuestro matrimonio en nuestras conversaciones y actitudes?

10) No codiciar los bienes ajenos: ¿Estamos satisfechos con lo que Dios nos da, o estamos celosos de quienes parecen tener más? ¿Tratamos de demostrar que somos mejores que los demás fanfarroneando o comprando cosas con ese objetivo? ¿Apreciamos nuestras cualidades, o nos comparamos con otros y nos resentimos? ¿Enfrentamos los problemas y mantenemos nuestra esperanza cristiana a pesar de las dificultades? ¿Buscamos primeramente el Reino de Dios en nuestras vidas y ponemos en él nuestra confianza? ¿Reflejamos la paz, esperanza y alegría de haber sido redimidos por la Sangre de Cristo?

Que esta breve guía no sea un medio para encontrar pecados en otros, sino que honestamente se aplique al examen de uno mismo, pues no hay nadie que se halle exento de haber incurrido en varias de estas faltas.