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Viernes 19 de Abril 2024

Virgen Paramythia del Consuelo

Virgen Paramythia del Consuelo
 

Los monjes se asomaron por encima de los muros para comprobar que, en efecto, varios vándalos rodeaban el monasterio en espera de que se abrieran las puertas para invadirlo y saquear los objetos sagrados.


Por: Roberto O’Farrill Corona

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En el monasterio Vatopedi, edificado en el siglo X en el monte Athos, Grecia, se conserva un hermosísimo icono de la Virgen María conocido como Panagia Paramythia o Sagrada Consoladora que se caracteriza por ser único debido a la particular disposición de las manos de Jesús y de María en un gesto que parece presentar el momento en que la Madre sostiene la mano de su Hijo para besarla. Sin embargo, una ancestral tradición refiere que la escena presenta vivamente un momento que fue muy distinto.

Desde siglos, en Vatopedi se observa la norma de colocar las llaves de acceso al monasterio ante este sagrado icono de la Madre de Dios como un signo que reconoce su patronazgo sobre la comunidad monástica. Las puertas del monasterio se abren al amanecer, y luego de que se cierran con la puesta del sol, el portero entrega las llaves al Stárets o Maestro espiritual, quien a su vez las deposita frente al venerado icono donde permanecen por toda la noche hasta el día siguiente cuando se abren las puertas y las llaves vuelven a colocarse en su lugar, frente a la sagrada imagen.

El ancestral ritual se vio alterado la mañana del 21 de enero de 1320, cuando el stárets Genadio se acercó para tomar las llaves y escuchó que el icono le hablaba en voz de la Virgen María con las palabras: “Hoy es mejor que no abran las puertas del monasterio, porque unos piratas vendrán a asaltarlos”. Al momento, la imagen del Niño Jesús en el icono cobró vida y extendió su mano derecha hasta tapar la boca de la Virgen mientras le decía con voz suave, aunque enérgica, que no anunciara esto a los monjes porque ellos deberían enfrentar esta vicisitud, pues se habían relajado en la estricta observancia y algunos habían caído en pecado. Pero la Virgen María, como intercesora que es ante su divino Hijo, y haciendo uso de su prerrogativa como Madre suya, tomó dulcemente su manita para apartarla de su boca, y girando un poco su cabeza para poder hablar, volvió a pronunciar en tres repetidas ocasiones las mismas palabras de advertencia al monje stárets, quien a su vez esparció la alerta del peligro que amenazaba al monasterio.

Los monjes se asomaron por encima de los muros para comprobar que, en efecto, varios vándalos rodeaban el monasterio en espera de que se abrieran las puertas para invadirlo y saquear los objetos sagrados. En agradecimiento a la Madre de Dios por su milagrosa intervención, su sagrado icono fue entronizado en la capilla que se le consagró en la iglesia principal del conjunto monástico, la capilla de la Virgen Paramythia Madre del Señor, en la que se mantiene prendida permanentemente una lámpara ante el sagrado Icono como ofrenda por el favor recibido.

En prenda de un amor muy grande, algunas familias de Rumania, que quisieron conservar el anonimato, hicieron revestir el sagrado icono con lámina de plata repujada con insertos de oro y con medallones de los apóstoles, una exquisita tarea que elaboraron los monjes ortodoxos del monasterio Golia de la ciudad de Iaşi, la antigua capital de Moldavia, en Rumania, y además solicitaron a los monjes del monasterio ortodoxo Lupşa, de la ciudadela de Alba, que escribiesen una copia fiel del icono de la Virgen del Consuelo para que también fuese venerada en Rumania.

En el monasterio Vatopedi, del Monte Athos, donde se conserva el sagrado original del icono de la Virgen del Consuelo, se celebra la Divina Liturgia (Santa Misa) de los viernes de cada semana en la capilla de la Virgen Paramythia donde todos los días se canta la Paráclesis a la Madre del Señor, una serie de súplicas en forma de troparios o himnos compuestos en un orden rítmico muy solemne. Aunque la Paráclesis a la Virgen Madre de Dios se canta durante la vigilia de la Dormición de la Virgen (festividad de la Asunción para la Iglesia Católica romana) del 1 al 15 de agosto, en el monasterio Vatopedi se canta diariamente ante este veneradísimo Icono.

Así como la Virgen María obtuvo de Jesús su primer milagro en las bodas de Caná, en favor de los esposos que los invitaron a su matrimonio, así también el icono de la Virgen del Consuelo enseña a confiar en su consoladora intercesión, pues aunque el Niño Jesús aparece en el icono con su rostro un poco severo, contrasta la expresión serena de su Madre que sosiega a quienes la buscan y les avisa que deben estar atentos a los mandamientos de Dios y ser como los buenos hijos que atienden a su madre.