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Viernes 11 de Octubre 2024

Cárceles femeninas: olvido y marginación

 

En la actualidad existen más 11 mil 900 mujeres se encuentran presas, según datos proporcionados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). De este número, casi 75 por ciento no cuentan con el apoyo familiar y por tanto, no reciben visitas durante su sentencia, indicó la especialista, Aida Valero Chávez, investigadora de la […]


En la actualidad existen más 11 mil 900 mujeres se encuentran presas, según datos proporcionados por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

De este número, casi 75 por ciento no cuentan con el apoyo familiar y por tanto, no reciben visitas durante su sentencia, indicó la especialista, Aida Valero Chávez, investigadora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.

“Un 70 por ciento de mujeres no tienen visitas, hasta 75 por ciento”, señaló la especialista, quien aseguró que “se dan varias razones, una de ellas es el aspecto de género. Las mujeres reciben de su pareja menos visitas, por ejemplo, por los horarios que tienen, en comparación con los hombres que son de 24 horas, y se ve en el reclusorio de varones a las señoras con sus sábanas, comida y tiene un lugar para poder cohabitar”, pero en el caso de las mujeres no es así.

“También sucede que a veces la pareja está detenida, otra que la pareja huyó porque era copartícipe de los delitos que a ella se le imputan, sobre todo a lo relacionado con el tráfico de drogas”, explicó la especialista.

Así también destacó que la familia se desintegra al tener a la madre de familia en prisión, “y a veces la abuela, madre de la interna, tiene que cuidar a los niños y no puede estar yendo a la visita de la forma que es permitida.

“Entonces, hablamos de un problema que es multifactorial, por lo que no se hace la visita con la frecuencia de la que reciben los hombres”, indicó.

Necesidad de cariño

Ante esta soledad, explica la especialista, muchas mujeres optan por mantener relaciones sentimentales con compañeras del mismo sexo, fenómeno que se da de forma “natural” dentro de los 10 centros penitenciarios exclusivos para mujeres que hay a nivel nacional.

“Tan grave es el problema (de abandono), que vamos encontrando en la cárcel que se convierten en mujeres con relaciones con mujeres. Su necesidad afectiva, de acercamiento, de una caricia, de una aceptación.

“Primero me alarmaba de esa situación, pero acabé por entenderla y justificarla”, explica Valero Chávez.

Otro panorama que se presenta ante esta situación, es que las mujeres opten por tener hijos.

Actualmente, existen alrededor de mil 500 niños que viven en las celdas con sus madres: son los llamados “niños invisibles”, que subsisten gracias a donaciones provistas por organizaciones de la sociedad civil, como Reinserta, organización que Saskia Niño de Rivera preside.

“Muchos de estos niños nunca han visto un perro, nunca han salido a un parque ni han visto un automóvil”, contó la especialista en psicología.

Sobre esta misma línea, Valero Chávez explica que “hay algunos casos que se embarazan por soledad, por tener cerca de ellas a alguien a quien querer y a quien cuidar. La edad reproductiva de ellas les permite embarazarse”, explicó la especialista. Para Valero Chávez, la soledad que sufre una mujer recluida genera un sello permanente de manera inconsciente de cómo perciben la realidad, y generalmente “sufren de depresión, sobre todo cuando están internas, y provoca un problema de readaptación en el momento que salen libres.

Asistencia social

El PAN en la Cámara de Diputados afirmó que en los reglamentos de prisiones no se reconocen los derechos de los niños, y además permanecen internos con sus madres o con sus padres y están careciendo de la atención médica especializada de un pediatra.

Afirmó que los derechos de los niños y de las niñas deben ser iguales, estén o no estén en prisión, y deben de ser garantizados los servicios de salud, como lo marca la Constitución.

Ante estos hechos, en la Cámara de Diputados se aprobó por unanimidad un dictamen, para garantizar el derecho de asistencia social a los hijos de madres reclusas, que nazcan y permanezcan en cualquier centro de prevención y/o readaptación social.

Legisladores buscan que se reconozcan los derechos de los niños de madres que por alguna situación están recluidas.

Fuente:Elizabeth Hernández