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Jueves 25 de Abril 2024

Cae México seis lugares en índice de percepción de corrupción 2017

 

México obtuvo una calificación de 29 puntos, en una escala que va de 0 a 100


Nuestro país cayó seis lugares en el Índice de Percepción de la Corrupción 2017, pasó del sitio 129 al 135, en el listado fueron evaluados 180 países, colocándose a nivel regional entre las peores posiciones de América Latina y el Caribe.

Mediante documento publicado por Transparencia Internacional y Transparencia Mexicana, México obtuvo una calificación de 29 puntos, en una escala que va de 0 a 100. En dicha escala el 0 es el país peor evaluado en corrupción y 100 el mejor calificado en la materia.

Siendo el país peor evaluado tanto del G20 como de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Como lo resalta Transparencia Mexicana, estos resultados nos hacen ver que la transparencia por sí sola, no necesariamente lleva a una reducción de la corrupción. Agregando que en nuestro país se ha encontrado cierta resistencia a la instalación del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), además de la ausencia de una Fiscalía Anticorrupción independiente que guíe las investigaciones.

Con base en el estudio, nuestro país se ubica entre las peores posiciones de América Latina y el Caribe, por debajo de Brasil, Argentina, y Colombia, y en la misma posición de Honduras y Paraguay.

Es destacable que tanto organismos nacionales como internacionales, han hecho hincapié en la ausencia de instituciones independientes para investigar y castigar los grandes casos de corrupción en México.

Advirtieron que “los resultados de este índice reflejan también la ausencia de sanciones firmes  para los grandes casos de corrupción conocidos por la opinión pública”, señalaron también, que es necesaria la correcta implementación del Sistema Anticorrupción en todo el territorio nacional, al incorporar a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y al Servicio de Administración Tributaria (SAT) en el SNA, para fortalecer las investigaciones de lavado de dinero y las llamadas “empresas fantasma”.

Así como una Fiscalía General de la República capaz, autónoma e independiente para asegurar que la política anticorrupción del país no dependa ni de la política, ni de intereses privados y avanzar hacia sistemas de información interoperable y automatizada de todas las instituciones públicas, incluyendo la máxima publicidad y formatos abiertos respecto del financiamiento a partidos políticos y sus proveedores.

Con información de Jorge Chaparro

smg