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Martes 15 de Octubre 2024

Truculencias gubernamentales

 

Sin lugar a dudas el quehacer gubernamental tiene muchos vericuetos cuando de ocultar o suprimir evidencias se trata, y más cuando existe la intencionalidad de que las cosas no se queden para que puedan ser consultadas en el futuro cercano, o lejano si es el caso. No es la primera vez que se presenta una […]


Sin lugar a dudas el quehacer gubernamental tiene muchos vericuetos cuando de ocultar o suprimir evidencias se trata, y más cuando existe la intencionalidad de que las cosas no se queden para que puedan ser consultadas en el futuro cercano, o lejano si es el caso. No es la primera vez que se presenta una eventualidad de estas en los archivos de la Presidencia de la Republica, porque ya ha ocurrido en diversas ocasiones en las que la existencia documental ha sido alterada para evitar la existencia de posibles pruebas incriminatorias.

Aunque usted no lo crea, la propia Oficina de la Presidencia de la Republica ha declarado la inexistencia del documento firmado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador el 17 de abril pasado para dejar sin efecto la Reforma Educativa que había sido aprobada durante el sexenio encabezado por Enrique Peña Nieto, y que tanto dio de qué hablar como un instrumento coercitivo y lesivo para los intereses de los integrantes del magisterio, aunque a decir verdad, de lo que se trataba era de poner orden y a cada quien en su lugar.

Hasta ahora lo único que han mostrado y demostrado los mencionados elementos aglutinados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, es una brutal falta de respeto a los Mexicanos, pero sobre todo a la niñez de todos los rincones del territorio patrio, por su empecinamiento de regir sus actos fuera de toda legalidad y mantener a los niños como rehenes de su perfidia laboral. Esos son ahora a quienes tanto defendió el Presidente de la Republica, y que le voltearon bandera cuando de paralizar Michoacán se trató.

Desconozco si el Presidente Andrés Manuel López Obrador haya rectificado la vergüenza histórica de permitir a los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación hacer lo que les viene en gana en los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, y haya enviado a quitar su firma del memorándum en el que se avala la impunidad que siempre han tenido y mantenido.

Lo cierto es que hasta ahora no aparece ninguna evidencia de que la Reforma Educativa impulsada por Enrique Peña Nieto haya sido dada de baja del archivo histórico vigente, ya que no hay registro de documento alguno signado por el ahora Presidente de la Republica, y quien dio el aval para que el magisterio disidente no padeciera ningún castigo por la destructiva forma de operar en los cuatro estados en los que tiene presencia, y donde de forma impune irrumpe en dependencias públicas para causar destrozos que van a las cuentas de los contribuyentes.

Por mucho que se señale la desaparición documental, el señor Andrés Manuel López Obrador está obligado a responder por su decisión, aunque su oficina haya informado que ninguna institución pública tiene la obligación de entregar documentos que no obren en sus archivos. Nuevamente la negación y la intentona de quitarle las culpas históricas a quien ahora dirige los destinos del país, cuando sus excesos serán los que recodaremos los mexicanos cuando de reclamar destruir el sitial que su adeptos pretenden colocarle como uno de los próceres de la historia patria. No es desapareciendo la evidencia como se puede cambiar la historia. Al tiempo. Vladimir.galeana@capitalmedia.mx