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Viernes 26 de Abril 2024

Miles de brasileños piden la destitución de Dilma

 

Brasil, 14 de marzo de 2016.- Miles de personas salieron a las calles de decenas de ciudades brasileñas para protestar contra el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y pedir su dimisión, según datos policiales publicados en la tarde de ayer. Datos oficiales de las diversas policías militares de los estados brasileños indican que alrededor […]


Brasil, 14 de marzo de 2016.- Miles de personas salieron a las calles de decenas de ciudades brasileñas para protestar contra el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff y pedir su dimisión, según datos policiales publicados en la tarde de ayer.

Datos oficiales de las diversas policías militares de los estados brasileños indican que alrededor de tres millones de personas protestaron este domingo, mientras los organizadores señalaron que fueron más de seis millones las que protestaron.

El epicentro de las manifestaciones antigubernamentales fue la Avenida Paulista de Sao Paulo, que congregó a una marea vestida con los colores de Brasil de 1.4 millones de personas, según la policía militar.

Mientras tanto, otras 400 mil personas protestaron en otras regiones del estado más rico y poblado de Brasil.

El Instituto Datafolha, que realiza encuestas y mediciones, señaló por su parte que hubo en torno a 500 mil manifestantes en la Avenida Paulista, sede del poder financiero.

En Brasilia, la capital federal y política, la estimación policial fue de 100 mil personas, por 200 mil en Curitiba, capital del estado de Paraná y ciudad donde se está liderando la Operación Lava Jato contra la corrupción en Petrobras.

Se trata de la quinta protesta a nivel nacional desde que Rousseff asumió su segundo mandato, en enero de 2015, y los datos de participación indican un notable repunte en el número de manifestantes respecto al último acto de diciembre.

En Río de Janeiro, los manifestantes marcharon las dos vías de la avenida Atlántica –en las anteriores protestas el número de personas sólo ocupó una–, mientras cantaban canciones contra Lula y Rousseff, pedían la celebración de un juicio político contra la presidenta.

Aunque la policía militar no divulgó cifras de participación, los organizadores aseguraron que un millón de personas salieron a las calles de la capital fluminense.

“La gran diferencia entre esta y las anteriores manifestaciones es el número de personas presentes, que sobrepasa el millón. Eso refleja la situación crítica a la que nuestro Brasil llegó”, aseguró Adriana Baltazhar, una de las líderes del movimiento anti-Rousseff “Vem Pra Rua” (“Sal a la Calle”, en portugués).

“Hemos llegado al máximo de nuestra indignación. El caso del presidente Lula, que quiere librarse de la cárcel mediante la ocupación de un ministerio, aumenta el número de indignados”, aseveró desde uno de los carros de sonido que alienta a los manifestantes en el corazón de la ciudad carioca.

Aseguró que “el Gobierno de Rousseff caerá dentro de poco” como consecuencia de que “hay más desempleo, menos salud, se incrementó la inseguridad, aumentó la incompetencia y Brasil está abajo de todos los índices mundiales”. “Veo la caída del Ejecutivo en los próximos tres meses”, pronosticó.

Mientras los manifestantes pedían, con aire festivo, la encarcelación de Lula –acusado por la Fiscalía de Sao Paulo esta semana por lavado de dinero y “falsedad ideológica” –, aplaudían la labor del juez Sergio Moro, quien lidera las investigaciones de la Operación Lava Jato, que investiga millonarios desvíos desde Petrobras. Pancartas, consignas sarcásticas, sobre todo muñecos inflables con la imagen de Lula con un traje de presidiario, destacaron en un paisaje dominado por el ambiente familiar y los colores verde y amarillo de Brasil.

“Queremos un futuro mejor para las próximas generaciones. Nosotros somos el futuro, tenemos que luchar”, explicaron los jóvenes Matheus Cardozo y Murilo Gomes, ambos de 15 años, quienes portaban imágenes con el rostro de Rousseff bajo un signo de prohibición confeccionadas por ellos.

“No creemos en el Gobierno. Ya tenemos muchas pruebas de que es corrupto. De continuar así, Brasil no avanzará”, explicaron los jóvenes. En total, 400 ciudades convocaron este domingo a manifestaciones contra el gobierno de Rousseff en una jornada de protesta que servirá para medir el grado de indignación contra el Ejecutivo brasileño, muy debilitado por la Operación Lava Jato y la recesión económica.

En Brasilia, la capital federal, la policía estimó en 100 mil los participantes, mientras en Belo Horizonte se reunieron 30 mil, pero la ciudad clave para calibrar el grado de respuesta social es Sao Paulo, donde imágenes aéreas de la televisión brasileña mostraron la presencia de decenas – incluso cientos– de miles de personas en la avenida Paulista.

Por primera vez, y como consecuencia de la polarización social provocada por los problemas de Lula con la Justicia –fue interrogado por la policía el 4 de marzo y acusado por la Fiscalía de Sao Paulo el 9–, se temía que hubiera enfrentamientos violentos entre manifestantes a favor y en contra de Lula. Sin embargo, hasta las 15:00 horas locales no se habían registrado incidentes violentos, excepto algunos episodios aislados y sin consecuencias graves.

Rousseff, quien señaló el viernes que no piensa dimitir porque obtuvo el poder de forma legítima en las urnas, emitió una nota en la que condena unas pintas realizadas esta madrugada contra Lula en la sede de la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), en Sao Paulo. Brasil “luchó muchos años para el restablecimiento del orden democrático, el funcionamiento adecuado de las instituciones y el pleno ejercicio de los derechos a la expresión y a la manifestación democrática”, subrayó Rousseff en su nota.